Niño Jesús, tú tuviste una infancia feliz, con padres perfectos, , sin embargo el dolor no estuvo ausente en tu vida. Naciste en la extrema pobreza en una cueva en Belén; tus padres tuvieron que huir contigo a Egipto, y tantas otras pequeñas dificultades de la vida cotidiana.
Sin embargo, el amor que existía en tu familia, te preservó y te protegió de todo mal.En mi caso tu sabes que no siempre fue así. Mis padres, aún amándome mucho, tenían sus heridas y sin querer, cometieron errores, lo cual hizo que sin quererlo y buscando lo mejor para mi vida, me produjeron heridas.
También otros adultos, jóvenes y compañeros de mi edad marcaron con sus palabras y comportamientos mi infancia, y tal vez toda mi vida.
Yo mismo cometí errores propios de niños, los cuales tu ya me perdonaste, pero te pido la gracia de perdonarme a mi mismo.
Hoy quiero sentirme nuevamente como un niño, que te tiene a ti, Niño Jesús, como amigo, que em toma de la mano para llevarme a recorrer las etapas de la infancia y de la niñez.
Gracias, Niño Jesús, porque sentiré que me proteges, me das ejemplo y me enseñas a sanar y reformar el niño interior herido, que aún hay en mí.
Que también pueda experimentar la presencia protectora, paternal y maternal de José y de María.
Gracias, Niños Dios, por lo que ya estás haciendo, y mucho más por lo que vas a hacer.
(Repite los 7 pasos para la sanación de los recuerdos dolorosos propuestos en las etapas anteriores)