viernes, 4 de diciembre de 2009

7 pasos para sanar la herencia intergeneracional

1) Recibe seguridad: Quédate unos minutos en silencio, contemplando a Jesús Resucitado, que asciende a los Cielos y va a preparnos un lugar en la casa del Padre donde hay continua fiesta y celebración eterna. Dejate inundar por la sensación de seguridad y de paz que la vida celestial te transmite ya que, gracias a la oración el cielo y la tierra se tocan.

2) Recibe un recuerdo: Trata de estar atento a cualquier situación de conflicto a dolor que se repite en los diversos miembros de tu familia y que provocan la pérdida de la alegría. Respira profunda y lentamente, ralájate y permite que Dios te hable, trayendo sólo aquellos recuerdos de conversaciones o conversaciones familiares que él querrá sanar en esta ocasión.

3) Recibe protección: A medida que afloran esos recuerdos, observa a Jesús en la Cruz que con su Preciosa Sangre y sus brazos abiertos quiere brindar protección a los miembros de tu familia y recibir en su seno a quienes partieron de esta vida sin alegría.

4) Entrégale los recuerdos: Háblale sobre la causa del dolor familiar y pon entre sus manos, esas situaciones repetitivas, entregándole con tus palabras esas imágenes y recuerdos que han brotado de tu corazón.

5) Decídete a perdonar: Perdona en nombre propio, de tus familiares contemporaneos y de tus antepasados a quienes los hayan herido, provocado dolor o angustia. Perdona también a aquellos ancestros que cons sus pecados y actos equivocados, vivieron, enseñaron, partieron y transmitieron emociones negativas.

6) Déclarate libre: Declárate libre de la tristeza, de la amargura, de la frustración que se han repetido en tu familia de generación en generación. Dile al Señor con tus palabras que aumente tu fe a fin de que ouedas creer que estás siendo liberado de lo que atormentaba tu corazón y pídele que ese espiritu de gozo se derrame en las siguientes generaciones.

7) Déjate colmar: Pide que Dios y María Reina de la Paz te bendigan y a todos los integrantes de tu familia con los dones de la fotaleza, de la alegría, y de la paz interior que proceden del cielo. Pide la intercesion de los Santos, y de aquellos antepasados que ya están en la presencia de Dios o esán en camino hacia él. Contempla como el Señor va llenando a cada integrante de tu familia con emociones sanadoras.

Sana, Señor mi herencia intergeneracional

Señor Jesús, por el poder de tu Sangre, te pido que limpies, purifiques y bendigas el río de las diversas generaciones de mi familia.
Po la alegría que pudo haberles faltado a cada miembro de mi familia. Entra en aquellos ambientes y casas en las cuales se instaló un espíritu de opresión, oscuridad y tristeza y por, en cambio, tu luz, libertad y satisfacción.
Especialmente te pido que concedas el perdón y la liberación a quienes partieron de esta vida con enojos, tensión, ansiedad, melancolía, tristeza, culpabilidad, resentimiento, sensación de soledad, aislamiento, abandono, o cualquier otra emoción negativa que les haya hecho vivir y dejar este mundo sin alegría.
Que tu Preciosa Sangre purifique la herencia intergeneracional de mi familia y filtre todo mal, de manera que nuestras emociones sean sanadas.
También te pido que nos sanes de cualquier enfermedad que se viene repitiendo en las diferentes generaciones, particularmente aquellas que están relacionadas con la falta de júbilo, vida plena y abundante.
Gracias, Jesús porque quieres cumplir, la promesa que nos hiciste: "Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10)

miércoles, 2 de diciembre de 2009

7 pasos para sanar la etapa del vientre materno

1) Recibe seguridad: Tomate algunos minutos de contemplación de Maria recibiendo la visita del angel Gabriel y concibiendo al Hijo de Dios por obra del Espiritu Santo. Siente como tú estás también junto a Jesús, en el vientre purisimo de María y dejate inundar por la sensación de seguridad que ellos te transmiten, de manera de poder transmitir con ellos el desarrollo de la armonía integral y de la alegría en el vientre materno.

2) Recibe una sensación: Contempla como crece el vientre de Maria y como tu y Jesus crecen y juegan con él. Trata de estar atento y percibir cualquier sensación que el Espiritu Santo queira traerte. Respira profunda y lentamente, relajate y espera que Dios te hable, recibiendo cualquier imagen o recuerdo innato que te viene a través de las paredes del vientre materno y que el Señor querrá sanar en esta ocasión.

3) Recibe protección: A medida que afloran esos recuerdos contempla a María, con los ojos de tu imagninación, que pone la mano sobre el vientre y que sale en defensa de la vida y de la identidad sexual (varón o mujer) brindandote la protección y la aceptación que necesitas en el vientre materno y que quizá no tuviste de parte de algunas personas.

4) Entregale los recuerdos: Hablale sobre cualquier datos que tengas y que tus padres u otras personas te hayan contado, sobre cómo fuiste gestado y entregale la causa de cualquier dolor. Pon entre las manos de la Virgen, las situaciones que hicieron que tu mamá estuviese angustiada, nerviosa, triste, malhumorada y enojada y que absorviste en el vientre materno. Entrea a Dios cualquier imagen o recuerdo prenatal que pueda brotar en tu corazón.

5) Decídete a perdonar: Perdona a quien el Señor te muestre que debes perdonar, pide la gracia de perdonar.

6) Declárate libre: Escupe fuera de ti esas emociones negativas con las cuales te alimentaste en el vientre materno y de la frustación desde el seno materno. Dile al Señor que aumente tu fe, a fin de que puedas creer que estás siendo liberado de lo que, desde entonces, atormentaba tu corazón.

7) Déjate colmar: Siente el amor de la Santisima Trinidad y la Sagrada Familia que te envuelve. Respira hondo y pideles que te envuelvan con los dones de fortaleza, alegría y paz interior. Contempla como el Señor llena el vaso de tu alma con emociones sanadoras que emanan de la fuente de su divino corazón y te dan un nuevo nacimiento.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Sana, Señor, la etapa del vientre materno


Niño Jesus, que gracia de alegría espiritual que brota desde el seno purísimo de tu madre, la Virgen María! Tu fuiste concebido por el poder del Espiritu Santo, el amor del Padre y la alegría de María. Esa composición de elementos hizo que tu gestación, desarrollo y naciemiento fueran perfectos.
Quizá en mi caso, no fue así. Tal vez, fató algún elemento que hizo que mi concepción y desarrollo en en el vientre materno, no fuese una etapa en que me colmara de alegría.
Quizá no fue un niño/a plenamente aceptado por papá o mamá. Quizás ellos estaban tristes, enojados o amargados y yo bebí en el vientre materno de esa fuente emocional contaminada.
Por eso, niño Jesús, condúceme con tu Espiritu y con el amor del Padre al seno de la Virgen Satísima, a fin de que yo pueda tener una nueva encarnación espeiritual y recibida, de parte del angel Gabriel, es palabra poderosa que él dirigió a María ¡Alégrate!
Haz que yo reciba una efusión sanadora y revitalizadora del Espíritu, como la recibió Juan el Bautista en el seno de Isabel para que también yo salte de gozo y de alegría con él.
Gracias, Señor por el desarrollo armonioso que me irás dando, gracias por la nueva alegría que está siendo concebida en todo mi ser. ¡Que grande eres Señor y Dios mio!