Niño Jesus, que gracia de alegría espiritual que brota desde el seno purísimo de tu madre, la Virgen María! Tu fuiste concebido por el poder del Espiritu Santo, el amor del Padre y la alegría de María. Esa composición de elementos hizo que tu gestación, desarrollo y naciemiento fueran perfectos.
Quizá en mi caso, no fue así. Tal vez, fató algún elemento que hizo que mi concepción y desarrollo en en el vientre materno, no fuese una etapa en que me colmara de alegría.
Quizá no fue un niño/a plenamente aceptado por papá o mamá. Quizás ellos estaban tristes, enojados o amargados y yo bebí en el vientre materno de esa fuente emocional contaminada.
Por eso, niño Jesús, condúceme con tu Espiritu y con el amor del Padre al seno de la Virgen Satísima, a fin de que yo pueda tener una nueva encarnación espeiritual y recibida, de parte del angel Gabriel, es palabra poderosa que él dirigió a María ¡Alégrate!
Haz que yo reciba una efusión sanadora y revitalizadora del Espíritu, como la recibió Juan el Bautista en el seno de Isabel para que también yo salte de gozo y de alegría con él.
Gracias, Señor por el desarrollo armonioso que me irás dando, gracias por la nueva alegría que está siendo concebida en todo mi ser. ¡Que grande eres Señor y Dios mio!
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