Cuando alguien nos hiere y nos apegamos a esa herida no podemos amar. Intermponemos un muro entre esa persona y nosotros, y hasta cierto punto, extendemos este muro para excluir también a los demás.
Cuando herimos a alguien o hacemos algo que nos averguenza nos encerramos en nuestra culpa y nos sentimos incapaces de decir "lo siento".
El perdón capacita para amar y crecer, tanto a quien lo otorga como a la persona que lo acepta.
Qué es el perdón
El perdón es un decisión: Es algo independiente del sentir o no sentir. Me decido a perdonar aunque no lo sienta.
El perdón es una decisión de amar: Esto es lo que hace Dios con cada uno de nosotros. Nosotros nos decidimos a personar y aceptar su perdón y cuando hacemos esto nos amamos a nosotros mismos y amamos al otro.
Es una decisión de amar hasta a los enemigos: Debemos amar a todos.
Qué no es el perdón
No es un sentimiento: No es un acto emocional motivado por el afecto. En el perdón no trabaja tanto el corazon cuanto la voluntad y la razón.
El perdón nos condiciona: Debemos perdonar sin condiciones, como Jesús
Tres perdones
Asi como los mandamientos nos ordenan amar a Dios, al projimo y a nosotros debemos perdonar en estas tres direcciones:
Perdonar a Dios: Existen personas con resentimientos que lo culpan de sus dolencias y desgracias. Debemos perdonar a Dios no porque haya hecho algo malo o equivocado en nuestras confrontaciones pero nuestra psiquis rechazando el dolor identifica en El la causa. En este caso es neesario perdonar.
Perdonar al projimo: Debemos perdonar para ser sanados, escuchados y perdonados.
Perdonarnos a nosotros mismos: para perdonar debemos primero perdonarnos.
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Hace 6 meses
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