Señor de gran misericordia e infinita bondad, hoy la humanidad grita del abismo de su miseria invocando tu compasión, Señor, clamando con vibrante voz en su abatimiento. Dios de bondad, no rechaces la oración de los desterrados de este mundo.
Señor de infinita bondad, que conoces a fondo nuestra miseria y sabes que no podemos levantarnos hacia ti con nuestras fuerzas, te suplicamos que nos prevengas con tu gracia y multipliques sobre nosotros tu misericordia a fin de que cumplamos fielmente tu santa voluntad en el curso de toda nuestra vida y en la hora de nuestra muerte.
La omnipotencia de tu misericordia nos defienda de los ataques de nuestros enemigos, de manera que como hijos, esperemos confiadamente tu proxima venida en el dia sólo por ti conocido, con la esperanza de obtener, miserables como somos, todo aquello que fue prometido por Dios.
El es nuestra esperanza, y a través de nuestro corazón misericordioso, como una puerta abierta, estamos seguros de entrar en el paraiso. Amen
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