El diablo utiliza tres tácticas para atacernos y alejarnos de los caminos de Dios:
1) Atemoriza: movilizar y activar los temores ocultos y absorver la esperanza y sentimientos positivos, dejando a la persona con una vision de la vida desesperanzada y depresiva. San Ignacio nos recuerda la importancia de no acobardarse antes las tentaciones pues, en caso de dejarse ganar por el miedo, se está demostrando falta de confianza en Dios, en su amor y poder.
2) Procurar secreto: es común que la persona tentada oculte a su confesor o director espiritual lo que le está ocurriendo. Grandualmente la persona va perdiendo el ánimo y piensa que nos es conveniente conversar el tema. Es fundamental en la lucha espiritual ser humildes y abrir el corazon para consultar en momentos dificiles a quienes nos pueden aconsejar y dar luz.
En ocasiones las tentaciones serán tan sutiles y encubiertas que ni siquiera nos daremos cuenta que estamos cayendo en ellas. Sin embargo, tendremos una clara señal si no tenemos paz interior. Es conveniente compartir las situaciones de lucha en el plano espiritual.
3) El punto débil: Satanás busca en cada uno el lado débil, la virtud que más nos cuesta manifestar, el defecto temperamental más recurrente, el vicio capital, la herida más sensible, para usarla como puerta de entrada en nuestra vida, a fin de robarnos las bendiciones y la paz de Dios. Dios nos anima a confiar en su amor y lanzarnos entre sus brazos en oración, cada vez que nos sentimos acosados o atribulados por la tentación.
"Protege tu vida. La oración de protección" Gustavo Jamut. Ed. San Pablo
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Hace 6 meses
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