domingo, 12 de febrero de 2012

7 OFRECIMIENTOS A LA PRECIOSA SANGRE

Ofrecimiento.- Os ofrezco, Padre Eterno, el amor que os tienen vuestro divino Hijo y el Espíritu Santo.. Os ofrezco, divino Hijo, el amor que os tienen el Padre Eterno y Espíritu Santo. Os ofrezco, Espíritu Santo, el amor que os tiene el Padre Eterno y su divino Hijo. Os ofrezco, adorable Trinidad, el amor, las complacencias, la felicidad y todas las delicias de que gozáis y gozaréis eternamente en la contemplación de vuestras infinitas perfecciones.

Divino Salvador, rogad a vuestro Padre, como lo hicisteis la víspera de vuestra Pasión, que me una a Vos como Vos le estáis unido en el cielo, donde espero que perfeccionaréis un día la unión de mi corazón con el vuestro por toda la eternidad. Así sea.

1. ¡Oh Padre Eterno! yo os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de vuestro amado Hijo Jesús, mi Redentor adorable, por la propagación y exaltación de la Santa Madre la Iglesia, por la conservación y prosperidad de su cabeza visible el Romano Pontífice, por los Cardenales, Obispos y Pastores de almas, y por todos los Ministros del Santuario.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

Y así en las siguientes.

2. ¡Oh Padre Eterno! yo os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de vuestro amado Hijo Jesús, mi Redentor adorable, por la paz y concordia entre los Príncipes cristianos, por el abatimiento de los enemigos de la santa Fe, y por la felicidad del pueblo cristiano.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

3. Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por la conversión de los incrédulos a la luz, por la extirpación de todas las herejías y por la conversión de los pecadores.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

4. Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por todos mis parientes, amigos y enemigos; por los pobres, enfermos y afligidos, y por todos aquellos por quienes vos sabéis que debo rogar y queréis que ruegue.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

5. Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por todos los que pasarán hoy a la otra vida, a fin de que los libréis de las penas del infierno, y los admitáis lo más pronto posible a la posesión de vuestra gloria.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

6. Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por todos cuantos aman este tesoro incomparable, por los que se unan conmigo para adorarla y honrarla, en fin, por todos los que trabajan en propagar su devoción.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

7. ¡Oh Padre Eterno! yo os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de vuestro amado Hijo Jesús, mi Redentor adorable, por todas mis necesidades espirituales y temporales, y en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, y en especial de aquellas que fueron más devotas del precio de nuestra redención, y de los dolores y penas de vuestra afligidísima Madre.

Un Gloria y la jaculatoria: «Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su sangre nos redimió.»

Viva la Sangre de Jesús ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

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