jueves, 30 de diciembre de 2010

ORACION LIBERACION DE LAS ENFERMEDADES Y PLAGAS



Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger sobre todos los pueblos, la Omnipotencia de Gracias de Luz que echa las tinieblas, tu Omnipotencia de Gracias de salvación, tu Omnipotencia de Gracias de Liberación, tu Omnipotencia de Gracias de Providencia, tu Omnipotencia de Gracias de Milagros, tu Omnipotencia de Gracias del Espíritu Santo.

ORACIONES DE LA MAÑANA

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger a todo mí ser, tu Omnipotencia de Gracias de Paz. Ven para echar para siempre todo lo que no es de Ti mi Dios, en todo mi corazón, mi cuerpo y mi alma. Ven a curarme de todas mis heridas.

Mis niños, cada mañana a su despertar, diga esta oración: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger conmigo, tus Totales Potencias de Gracias de salvación y de Liberación por tu Espíritu Santo. Purifica mi espíritu y mi imaginación, y acoge conmigo Toda la Potencia de Gracias de Discernimiento para todas las decisiones que tendré que tomar.

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ORACION PARA LA UNION FAMILIAR

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Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger la Omnipotencia de gracia de Unidad en las familias.


ORACION DE SUPLICA

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Oración de la Virgen María: ven Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger tu Amor en mí. Hazme humilde y dulce de corazón. Señor, no me dejes perecer en mi gran orgullo. No me dejes perecer en mi autosuficiencia. Úneme con tus corazones orantes. Acuérdate de mí para unirme a mis hermanos y hermanas.

ORACION POR LOS NIÑOS ABORTADOS



Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger la sangre de estos pequeños inocentes y unirlas con tu Sangre Preciosa para que el sacrificio de estos niños ayuden a rescatar todos los pecados de este mundo.

SOLICITUD DE GRACIAS DE PROVIDENCIAS



Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger en mi corazón, en mi vida, en mi familia y para todos mis niños, tu Omnipotencia de Gracias de Providencia. Ven hacernos vivir la multiplicación de los panes, Señor. Tú que creaste todo, puedes crear todas las situaciones que son necesarias para nosotros para vivir. Puedes atraernos toda la ayuda la que necesitamos para vivir materialmente y espiritualmente. No tenemos más pan, Señor. Ven ayudarnos.

Ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para hacer descender en mí tu Omnipotencia de Gracias de Liberación. Ven liberarme de todo aquello de lo que no soy consiente. Ven para penetrar todos mis pensamientos, todo mi corazón, todo mi cuerpo por tu Amor. Ven para liberar mi alma de todo lo que la asfixia. Señor Jesús, atrae mi alma a la Luz de tu Espíritu Santo. Dame una lección en el bien.

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ORACIONES DE DISCERNIMIENTO

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, ayudarme a vivir en mi corazón y no con mis raciocinios. Ven a unirme a tu propio Corazón Señor Jesús, y ven para acoger en mí la Toda la Potencia de Gracias del Reino de tu Padre. Ven unirme a la Vida de Dios, de mi Creador, de mi Salvador, yo soy incapaz de esto.

Ven, Señor Jesús, con tu Corazón Acogedor, para acoger en mí tu Omnipotencia de Gracias del Espíritu Santo. Ven alumbrarme para, guiarme y aportarme el discernimiento entre el bien y el mal.

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ORACION DE DISCERNIMIENTO (2)

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Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger tu Omnipotencia de Luz que elimina las tinieblas en todo mi ser. Ven ayudarme para darme cuenta de lo que son tinieblas y de lo que es Luz. Yo te suplico, atráeme a la Luz de tu Espíritu Santo y en tu Amor.

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Dice la Virgen María …..

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Muchos de mis niños piensan que porque llevaron una vida en el pecado, en la mentira, en el odio, serán rechazados para siempre por su Padre del Cielo. NO, mis niños. ¡Comprendan que el Corazón Acogedor de mi Hijo es también para ustedes, hoy!

¡Rueguen y rueguen mis niños! Pronto la gloria de su Padre del Cielo resplandecerá.

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ORACION DE CURACION DEL ALMA Y DEL CUERPO

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger tu Omnipotencia de Gracias de Amor Puro, tu Omnipotencia de Gracias de Luz que echa todas las tinieblas, tu Omnipotencia de Curación en mi alma y en mi cuerpo.

Señor, eres tu quien a creado mi cuerpo, mi corazón y mi alma y creo que puedes recrear todo mi ser. Cada una de las células de mi cuerpo te pertenece. Yo te las ofrezco Señor. Ven, Señor Jesús, con tu Corazón Acogedor, para acoger la Vida, la Vida de los niños de Dios en todo mi cuerpo.

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger en todo mí ser la Omnipotencia del Espíritu Santo de la Verdad y del Discernimiento. Ven para purificar en mí, todo lo que no es de Dios. Santifica mi corazón y mi alma.

ORACION POR LOS SACERDOTES

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger en el corazón de cada uno de tus sacerdotes, la Omnipotencia de Gracias del Fuego Sagrado de tu Eucaristía. Ven para reavivar este Fuego Sagrado de Amor y de Misericordia en su corazón, para que puedan marchar con fuerza y audacia.

ORACIÓN DE LIBERACIÓN ESPIRITUAL DE LAS CADENAS DEL MAL Y DESAR VIVIR

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para quebrantar las cadenas de las tinieblas, para siempre, en mi vida, por la Omnipotencia de tu Espíritu Santo. Ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para romper las cadenas de las tinieblas de todos los pueblos, por la Omnipotencia de tu Espíritu Santo.

Jesús, tú que eres el Vencedor de todas fuerzas de las tinieblas, yo te ofrezco mi pueblo, te ofrezco a mi familia, te ofrezco todas mis debilidades, y te ofrezco toda mi vida de pecador.

Ven, Señor Jesús, acogerme en tu Corazón por tu Omnipotencia de Misericordia. No tengo más fuerza. Sálvame, en mi miseria. Alabando seas, Señor Jesús, tú que reinas sobre la tierra y en el Cielo, para los siglos de los siglos.

Amen.

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ORACION PARA DESEAR VIVIR

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Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, para acoger en mí este sí a la Vida, porque yo soy incapaz de esto. Hasta no lo deseo. Me transformé en un corazón endurecido. Yo te suplico, ven a mi ayuda.

ORACIÓN CONTRA LA SOLEDAD

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, liberarme de esta soledad que me destruye. Yo mismo me he encerrado. Ven para cortar estas cadenas y ven para hacer revivir la Vida de los niños de Dios en mí.

POR LOS GOBERNANTES DE LA TIERRA

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger Toda la Potencia de Gracias de tu Espíritu Santo de Verdad y del Discernimiento para guiar a los dirigentes de los pueblos en sus decisiones.

Oraciones de liberacion

ORACIÓN DE LIBERACIÓN (1)

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acoger tu Omnipotencia de Luz que echa las tinieblas, tu Omnipotencia de Salvación y de Liberación en nuestra vida.


ORACIÓN DE LIBERACIÓN (2)

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Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, a invadirnos por la Omnipotencia de Gracias de tu Espíritu Santo. Ven a salvarnos y librarnos para anular para siempre en nuestra conciencia, nuestra inconsciencia y en nuestro subconsciente y en todos nuestros sentidos, todos los proyectos de las tinieblas que son ideadas, a menudo sin saberlo nosotros, y que nos atormentan día y noche.

SOLICITUD DE APERTURA DE CORAZÓN AL AMOR DE DIOS

Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para abrir mi corazón. Ven ayudarme para reencontrar mi camino, Tú que eres la Vida. Ven para romper mis cadenas. Sí, Señor Jesús, yo consiento a reencontrar la libertad de los niños de Dios.

Señor Jesús, a pesar de todas mis debilidades, a pesar de toda esta vida de pecado y esta gran indiferencia que yo tuve hacia ti, te suplico, jamás me olvides. Conoces mi corazón. Ven para encender en mí el Fuego de tu Amor. Ven para encender en mí el deseo de purificarme.

Ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, por la Omnipotencia de tu Espíritu Santo, para invadir todo mi ser. No me dejes perecer. Conoces mi corazón, conoces todas mis dificultades. Quiero quererte y adorarte eternamente. Te ofrezco mi alma, Señor Jesús, te ofrezco mi corazón, te ofrezco mi cuerpo. Yo me entrego a ti, yo me abandono a ti.

Ven, a través de tu Corazón Acogedor, Señor Jesús, para acoger en mí, tu Omnipotencia de Amor Puro para que mi corazón y el tuyo puedan hacer sólo un solo Corazón.

Venir darme a comprender, dentro de mi corazón, todo lo que deseas de mí. Te suplico, no dejes perecer mi alma, porque a ti para quien he sido creado y es hacia ti al que quiero volver. A través de mi gran ignorancia, te suplico, acógeme para siempre en tu Corazón Acogedor y haz de mi un corazón orante para la eternidad.

PARA AUMENTAR LA FÉ


Oración de la Virgen María: ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, purificar mi corazón de todo duda. Ven para santificar mi corazón. Ven para quemar mi corazón por tu Amor. Apórtame y hazme sentir la certeza de que estas siempre conmigo. Creo en tu Palabra, Señor. Creo que eres el Todopoderoso. Creo en tu Omnipotencia Eucarística, Señor Jesús.


SOLICITUD DE ESCUCHA


ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, para acogerte dentro de nuestro corazón, la gracia de estar a tu escucha. Ven, Señor Jesús, a través de tu Corazón Acogedor, por la Omnipotencia de Gracias de tu Espíritu Santo, para quemar nuestro corazón para que nosotros podamos desear sólo tu sola Voluntad.

ORACIÓN DE LIBERACIÓN ESPIRITUAL DE LAS CADENAS DEL MAL (1)

Oración de la Virgen María: sí, Señor Jesús, consiento a desprenderme de todos mis males. Sí, Señor Jesús, consiento a desprenderme de la enfermedad que llevo en mí. Ven, Señor Jesús, con tu Corazón Acogedor, atarme para siempre a todas las Potencias del Reino de tu Padre, para que nada pueda jamás separarme de tu Amor, porque yo sé que actualmente solo tu Amor puede curarme, solo tu Amor puede liberarme de todas mis cadenas.

Sí, Señor Jesús, consiento a vivir unido con tu Amor. Ven buscarme, Señor Jesús, para acoger a todo mi ser. Yo te espero. Te ofrezco mi alma, mi espíritu, mi cuerpo y mi vida. Yo me entrego a Ti, Señor Jesús, como un niño y confío en ti.

Gracias por mostrarme tu Luz, gracias por hacerme sentir tu Amor. Yo siento y veo que actúas en mi vida. Yo te alabo con todo mi corazón y te agradezco, Señor Jesús, por haber venido buscarme en mis sufrimientos. Nunca más te abandonaré. Cada día haré siempre un esfuerzo para rogarte, y te pediré ayudarme a través de tu Corazón Acogedor.

Yo hablaré de Ti, Señor Jesús, a todos mis amigos, a todos ellos, los que sufren, yo les pediré de rezarte. Yo les diré vivir la experiencia de la oración, de probarlo y tu les harás sentir tu Amor dentro de sus corazones, Señor Jesús.

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2 – ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO

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Oración de la Virgen María: yo te alabo y te bendigo, Padre, por tu Amor Puro, por tu Misericordia y por el Corazón Acogedor de tu Hijo, que nos concediste en este último tiempo de tinieblas.

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Rosario del Corazón Acogedor de Jesús

Al principio del rosario, se recita:

Creo en Dios, Padre Todopoderoso…

Se repite 3 veces Ven, Jesús, con tu Corazón Acogedor, a acogerlo todo en mí.

Se repite 1 vez Padre Eterno, yo te ofrezco el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad por nuestros pecados y los del mundo entero.

1ra Decena ( 10 veces) Padre, por el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, haz descender sobre la humanidad… Tu Omnipotencia de Luz que ahuyenta todas las tinieblas.

Termina Dios Santo, Dios Todopoderoso, Dios Padre nuestro, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Padre Eterno, yo te ofrezco el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad por nuestros pecados y los del mundo entero.

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2da Decena Padre, por el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, haz descender sobre la humanidad….... Tu Omnipotencia de Liberación


Dios Santo, Dios Todopoderoso, Dios Padre nuestro, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Padre Eterno, yo te ofrezco el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad por nuestros pecados y los del mundo entero.

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3ra Decena Padre, por el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, haz descender sobre la humanidad… Tu Omnipotencia de Alivio.

Dios Santo, Dios Todopoderoso, Dios Padre nuestro, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Padre Eterno, yo te ofrezco el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad por nuestros pecados y los del mundo entero.

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4ta Decena Padre, por el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, haz descender sobre la humanidad… Tu Omnipotencia de Espíritu Santo.

Dios Santo, Dios Todopoderoso, Dios Padre nuestro, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Padre Eterno, yo te ofrezco el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad por nuestros pecados y los del mundo entero.

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5ta Decena Padre, por el Corazón Acogedor de tu Hijo amado, haz descender sobre la humanidad… (haz descender sobre las personas enfermas) Tu Omnipotencia de Curación y Milagros.

Termina Dios Santo, Dios Todopoderoso, Dios Padre nuestro, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

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El rosario se termina con la jaculatoria siguiente:

O María, tú la Inmaculada, haz que seamos testigos vivos del Corazón Acogedor de tu Hijo Jesús. Así sea.

domingo, 1 de agosto de 2010

A Maria


Dulce madre no te alejes, tu vista de nosotros no apartes. Ven con nosotros a todas partes, y solo nunca nos dejes.
Ya que nos proteges tanto, como verdadera madre haz que nos bendiga: El Padre, el Hijo y el Espiritu Santo. Amen

sábado, 31 de julio de 2010

El arte de hablar

Hablar oportunamente es acierto;
hablar frente al enemigo es imprudencia;
hablar ante una injusticia es valentia;
hablar para defenderse, es perder el tiempo;
hablar para defender a otro es compasión;
hablar ante un dolor es consolar;
hablar para ayudar a otros es caridad;
hablar con sencillez es rectitud;
hablar de si mismo es vanidad,
hablar restituyendo la fama es honradez;
hablar aclarando chismes es obligación,
hablar disipando falsos infundios, es de conciencia;
hablar de los defectos ajenos es lastimar;
hablar debiendo callar es necedad;
hablar por hablar es tontería,
hablar de Dios significa mucho amor.

Ciertamente que no basta hablar sino que es preciso saber hablar.

El arte de callar

Callar cuando acusan es heroismo;
callar cuando insultan es amor;
callar en las propias penas es sacrificio;
callar de sí mismo es humildad;
callar las miserias humanas es caridad;
callar a tiempo es prudencia
Callar en el dolor, es penitencia;
callar palabras inutiles es virtud;
callar cuando te hieren es santidad;
callar para defender es nobleza;
callar defectos ajenos es benevolencia;
callar debiendo hablar es cobardía.

Aprende primero a callar para poder luego hablar con acierto.

viernes, 30 de julio de 2010

Premio Dardos

Quiero agradecer a Rafa, autor del blog "La sinagoga de Cafarnaún" por compartir conmigo el "Premio Dardos", el mismo debe ser compartido con 15 blogs, no sé si encuentre los 15 que ya no lo tengan pero proximamente hare la lista de los blogs con los que lo compartiré.
Agradezco el apoyo de todos los que me visitan diariamente y en especial los hermosos comentarios que me escriben.
Dios los bendiga a todos!

jueves, 29 de julio de 2010

Oración diaria de protección

Santísima Trinidad: padre, Hijo y Espíritu Santo, dame la gracia de vivir en tu paz y tu alegría. Pongo mi confianza en vos, Dios de amor y poder. Quiero recordarte tu promesa: “Cuando pidan algo en la oración crean que ya lo tienen y lo conseguirán”. Por eso te pido (pida a Dios con confianza la gracia que desea recibir)
Gracias por librarnos de nuestros enemigos y protegernos de todo mal.
Cúbrenos con tu Preciosísima Sangre y escóndenos en tus santas llagas. (Pida protección de la salud física, síquica y espiritual propia y de familiares, amigos y hermanos de comunidad; protección de su casa, lugar de trabajo, medios de locomoción, sobre la buena fama, buenas relaciones, etc.)
(Pida particularmente crecer en las virtudes que más agradan a Dios: Humildad autentica y caridad profunda. Pida el Espíritu Santo)
Gracias María por decirme: “oye y ten entendido hijo mío, el mas pequeño. Que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, ni te inquiete cosa alguna. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?. ¿No estás por ventura en mi regazo? .
Mamá: libéranos, protégenos, guíanos, consuélanos. Pide para nosotros el Espíritu Santo. Amen.

Oración del perdón

Señor Jesús, te pido hoy la gracia para perdonar. –Señor, perdono la imagen equivocada que tuve de ti por las veces que en mi familia hubo muertes, enfermedades, dificultades económicas o por las cosas que yo pensé que eran castigos y que las personas decían que era la voluntad de Dios. Entonces fui rebelde y cruel. Purifica hoy mi corazón y mi mente, Señor Jesús.
Señor, yo me perdono a mí mismo por mi participación en espiritismo, “juego de la copa”, usar Brujería, leer horóscopos, búsqueda de la suerte, consultas a adivinos, usar amuletos. Yo rechazo todas estas supersticiones y te acepto a Tí como mi Señor Salvador. Cúbreme con Tu Espíritu Santo.
Señor, yo perdono a mi madre por las veces que ella me hirió, me guardó rencor, se enojó conmigo, me castigó, prefirió a mis hermanos y hermanas, me dijo que yo era tonto, feo, estúpido, el peor de sus hijos, que yo le costé mucho dinero a la familia, que yo no fui deseado, que fui un accidente, una equivocación, que no era lo que ella esperaba.
Yo perdono a mi padre por cualquier falta de ayuda, falta de amor, falta de afecto, falta de atención, por no darme su compañía. Yo le perdono por sus peleas, discusiones, abandono, Por estar lejos de casa por divorciarse de mi madre, por preferir permanecer fuera de casa, por beber, por sus críticas desagradables.
Señor, Yo perdono a mis hermanos y hermanas, esos que me rechazaron, mintieron acerca de mí, me odiaron, me guardaron rencor, compitieron por el amor de mis padres, me hicieron daño físico, fueron muy severos conmigo, me hicieron la vida desagradable.
Señor, yo perdono a mi esposo o esposa por su falta de amor, falta de atención, falta de comunicación, por sus faltas, fracasos, debilidades, o esas otras acciones o palabras que me hirieron o molestaron.
Señor, yo perdono a mis hijos por su falta de respeto, falta de obediencia, falta de amor, falta de afecto, por su abandono, falta de comprensión, por sus malos hábitos, por apartarse de la Iglesia.
Señor, yo perdono a mis familiares, abuelas y abuelos, tíos y tías, y a cualquier otro que haya interferido en nuestra familia, causando confusión, hecho que uno de mis padres estuviera contra el otro.
Señor, yo perdono a mis parientes políticos, especialmente a mi suegra y a mi suegro, a mis cuñadas y cuñados y a cualquier pariente político que de alguna manera me haya herido.
Señor, yo perdono a mis compañeros de trabajo que son desagradables, que me hacen la vida miserable, me recargan con su trabajo, me critican, no cooperan conmigo, tratan de quitarme mi trabajo.
Mis vecinos necesitan ser perdonados, Señor, por sus ruidos, por sus fiestas tarde por las noches, por el ladrido de sus perros que me mantienen despierto, por sus peleas y discusiones, por sus chismes.
Señor, yo perdono a todos los sacerdotes, monjas, obispos, a mi parroquia, a otras parroquias de antes, a los consejos parroquiales, a todas las asociaciones y movimientos de la Iglesia y a la Iglesia Católica Romana por todos sus cambios, falta de ayuda, pequeñez, malos sermones, falta de amistad, por no alentarme como debían, no darme inspiración, no usarme en una posición más util o para la que se necesita más capacidad, por cualquier pena que me hayan causado a mí o a mi familia, aún en el pasado yo les perdono.
Yo perdono a todos los Profesionales que me hayan herido de cualquier forma: doctores, enfermeras, abogados, jueces, gobernantes, políticos y servidores civiles.
Yo perdono a todas las personas que presten algún servicio: policías, bomberos, choferes de ómnibus, trabajadores sociales, especialmente a los mecánicos de automóviles y a los que reparan la televisión, u otras cosas, los cuales me pueden haber quitado algún dinero.
Yo perdono a mi jefe por no pagarme lo suficiente, por no apreciar mi trabajo, por no ser bondadoso y razonable, por tener mal carácter y no ser amistoso, por no darme un puesto mejor.
Yo perdono a todas la maestras y los profesores, tanto del pasado como del presente, Señor, a esos que me insultaron, me humillaron, se burlaron de mí, fueron injustos, me dijeron tonto o estúpido, me hicieron quedar después de clase.
Señor, yo perdono a mis amigos, a los que hablaron mal de mí, perdieron contacto conmigo, no estuvieron disponibles cuando necesitaba ayuda, me pidieron dinero prestado y no me lo devolvieron.
Señor Jesús, yo oro especialmente por la gracia de perdonar a la persona que más daño me haya hecho en la vida, y yo oro especialmente por poder perdonarme a mi mismo por haber herido a mis padres, por emborracharme, por usar drogas, pecar contra la pureza, por libros malos, películas malas, por el mal uso de Internet, por fornicar, adulterio, homosexualidad, aborto, por robar, mentir, hacer trampa y defraudar.
Señor, yo te pido que todas esas personas a las que yo les he causado penas, me perdonen, especialmente mi madre, padre, hijos y esposa(o). Te doy gracias, Señor, por el amor que he recibido a través de ellos. Amén.

Oración para sanar el arbol familiar

Rev. John H. Hamspsh, C. M. F
Amado Padre, Yo vengo ante Ti como Tu hijo, en la gran necesidad de Tu ayuda. Tengo necesidades de salud física, necesidades emocionales, necesidades espirituales, y necesidades interpersonales. Muchos de mis problemas han sido causados por mis propias falencias, negligencias y pecados, por las cuales humildemente pido Tu perdón, Señor. Pero también pido Tu perdón por los pecados de mis ancestros cuyas fallas han dejado sus efectos en mí, en el cuerpo la mente y el espíritu. Sáname, Señor, de todos estos desordenes.
Con Tu ayuda, con sinceridad, yo perdono a cada uno, especialmente a los miembros vivos o muertos de mi árbol familiar, quienes directamente me han ofendido a mí o a mis seres queridos en alguna forma, o aquellos cuyos pecados han significado nuestros sufrimientos y desórdenes presentes. En el nombre de Tu Hijo Divino, Jesús, y en el poder del Espíritu Santo, Yo te pido, Padre, liberarme a mí y a todo mi árbol familiar de la influencia del demonio. Libera a todos los miembros vivos o muertos de mi árbol familiar, incluyendo a aquellos adoptados, y familiares por extensión de toda forma contaminante de atadura. Por tu preocupación amorosa con nosotros, amado Padre, y por la protección con la sangre de Tu precioso Hijo, Jesús, te pido extiendas Tu bendición sobre mí y mis parientes vivos y muertos. Sana cualquier efecto negativo transmitido a través de las generaciones pasadas, y evita los efectos negativos en las generaciones futuras de mi árbol familiar.
Yo simbólicamente coloco la cruz de Jesús sobre la cabeza de cada persona de mi árbol familiar, y entre cada generación; yo te pido que permitas a la sangre purificante de Jesús, purificar las líneas sanguíneas en mi linaje familiar.
Ubica Tus ángeles protectores acampados alrededor nuestro y permite al Arcángel Rafael, patrono de la sanación, administrar el poder de Tu sanación divina sobre nosotros, incluidas las áreas de incapacidad genética. Da poder especial a los Ángeles Guardianes de los miembros de la familia para sanar, proteger, guiar y fortalecer a cada uno de nosotros en todas nuestras necesidades. Permite que Tu poder sanador sea liberado en este mismo instante, y permite que continúe tanto como Tu soberanía lo permita.
En nuestro árbol familiar, Señor, reemplaza toda atadura por una atadura santa de amor familiar. Y permite que haya una atadura aún más profunda Contigo, Señor, y por medio del Espíritu Santo, con Tu Hijo, Jesús. Permite a la familia de la Trinidad Santa llenar a nuestra familia con su afectuosa, calurosa, amorosa presencia, tal que nuestra familia pueda reconocer y manifestar ese amor en sus relaciones. Todas nuestras necesidades desconocidas las incluimos en esta petición que oramos en el Precioso Nombre de Jesús. Amén.

Oración de perdón y liberación

PERDON
.Por no amarte sobre todo
.Por el poco amor a la eucaristía ya la misa de cada domingo.
.Por creer en supersticiones o ir de adivinos.
.Por no confesarme o hacerlo sin el propósito de cambiar.
.Por no orar con la frecuencia que debo hacerlo.
.Porque en las tentaciones no te pido ayuda.
.Por no tratar de mejorar mi formación religiosa.
.Por no jugarme por vos y tus enseñanzas delante de los demás.
.Por haber desconfiado de tu amor y culpado por mis desgracias.
.Por tomar tu santo nombre en vano.
.Por jurar.
.Por tener vergüenza de mostrarme, al hablar y al actuar como discípulo tuyo.
.Por no contribuir en mi familia al bien y a la alegría de los demás con la paciencia y el verdadero amor.
.Por mis desobediencias a mis padres y superiores.
.Por mis respuestas ásperas.
.Por mis silencios y desprecios.
.Por mis rebeldías.
.Por no educar a mis hijos según las enseñanzas de Cristo.
.Por mi pereza y falta de servicio.
.Por no tomar los trabajos más duros.
.Por creerme superior a los demás.
.Por hacer las cosas mal y ser ocioso.
.Por el mal uso de la lengua: críticas, mentiras, calumnias.
.Por el mal uso de la sexualidad: actos impuros solo o con otra persona, por no vivir el noviazgo con seriedad y pureza, revistas o escenas de películas, descontrol de la imaginación.
.Por la avaricia.
.Por olvidar que todo es don de Dios.
.Por dar a la iglesia lo que me sobro.
.Por marginar a los pobres.
.Por acumular y ser egoísta.
LÍBRANOS
Del egoísmo, de ser autosuficiente, de soberbia, de odios, de rencores, de miedos y angustias, de avaricia y materialismo, de desordenes en la sexualidad, de enfermedades mentales y enfermedades hereditarias, de complejos y traumas, de sentimientos de soledad fracaso e inseguridad, de espíritu de ira, enojo y agresividad, (otros).

P. Gustavo Jamut

Camino de sanación

1. Cierra los ojos e imagínate estar en la casita de Nazareth. Siente que vuelves a ser un niño (en la etapa de tu vida en que tu memoria fue más herida) entre los brazos de María o de José. Imagínate el perfume en el aire y contempla la belleza de María.
2. Comparte con ellos tus sentimientos más fuertes o lo que más ocupa tu mente. Si no sabes qué compartir entrégales los recuerdos que vayan viniendo a tu memoria.
3. Cuando termines, mira a los ojos de la Virgen María o de San José (esto depende si las heridas de tu memoria afectiva están relacionadas con la sanación de la imagen materna o paterna) y siente las caricias y las palabras de amor que ellos te prodigan. Son los mismos gestos de amor y ternura que recibió el Niño Jesús.
4. Respira lenta y profundamente pidiendo una nueva efusión del Espíritu Santo , como la que Juan el Bautista experimentó estando en el vientre de Santa Isabel. Y comienza a percibir más profundamente todo el amor que Dios te tiene.
Otros textos bíblicos para meditar y orar por sanación:

Lc. 5,12-14 El leproso sanado.
Imagina a Jesús que te toca y te sana.

Lc. 7, 11-17 Jesús resucita al hijo de una viuda.
Pídele a Jesús que con el poder de su Espíritu resucite aquellas áreas de tu memoria que estén heridas o agonizantes.

Jn. 21,12-17 "Pedro, ¿me amas?"
Contempla la escena y déjate amar, reconfortar y consolar por Jesús Resucitado.

Oración de liberación

Le recomiendo hacer con espíritu de fe cada día esta oración,
deteniéndose en aquel punto donde necesita una mayor intervención de Dios

Cristo Jesús, Salvador deseado y esperado de la historia, de mi historia... ven a caminar por ella: pasado, presente y futuro.
Vos que caminaste por caminos, senderos y calles de pueblos y ciudades, camina hoy por mí y bendíceme en tu amor.
Cura la lepra que se produjo en mi ante aquellos pecados que por ser soberbio, débil o ignorante me sumieron en la enfermedad. Clava en tu cruz todos mis pecados y unge mis heridas con tu Bendita Sangre.
Cura y libérame de espíritu de sordera que no me deja percibir tu amor y escuchar tu voz, discernir tu voluntad y escuchar el clamor de los hermanos que sufren.
Libérame de espíritu de ceguera que no me permite verte en mi constantemente y vivir en alabanza por tu inigualable belleza.
Libérame de espíritu de epilepsia y mudez que me impide expresarme y expresar tu Palabra con sabiduría, prudencia, claridad, afecto y firmeza.
Libérame de espíritu. de parálisis en mis piernas que me dejan postrado largo tiempo haciéndome perder la virtud de la alegría y no se hacia donde dirigirme para hacer tu voluntad.
Resucita oh caminante santo las áreas de mi historia, de mi vida que están marchitas, agonizantes o muertas.
Libérame de toda fuerza o cercanía de espíritu de mal y cólmame de tu Santo y Dulce Espíritu para que por tu gloria brillen los dones y carismas que me diste.
Envíame a tus santos Arcángeles y Ángeles para que me guíen a lo largo del camino.
Cristo Jesús, Salvador deseado y esperado de la historia, de mi historia... ven a caminar por ella: pasado, presente y futuro.
Vos que caminaste por caminos, senderos y calles de pueblos y ciudades, camina hoy por mí y bendíceme en tu amor.
Cura la lepra que se produjo en mi ante aquellos pecados que por ser soberbio, débil o ignorante me sumieron en la enfermedad. Clava en tu cruz todos mis pecados y unge mis heridas con tu Bendita Sangre.
Cura y libérame de espíritu de sordera que no me deja percibir tu amor y escuchar tu voz, discernir tu voluntad y escuchar el clamor de los hermanos que sufren.
Libérame de espíritu de ceguera que no me permite verte en mi constantemente y vivir en alabanza por tu inigualable belleza.
Libérame de espíritu de epilepsia y mudez que me impide expresarme y expresar tu Palabra con sabiduría, prudencia, claridad, afecto y firmeza.
Libérame de espíritu. de parálisis en mis piernas que me dejan postrado largo tiempo haciéndome perder la virtud de la alegría y no se hacia donde dirigirme para hacer tu voluntad.
Resucita oh caminante santo las áreas de mi historia, de mi vida que están marchitas, agonizantes o muertas.
Libérame de toda fuerza o cercanía de espíritu de mal y cólmame de tu Santo y Dulce Espíritu para que por tu gloria brillen los dones y carismas que me diste.
Envíame a tus santos Arcángeles y Ángeles para que me guíen a lo largo del camino.

P.Gustavo Jamut

miércoles, 21 de julio de 2010

Oracion de agradecimiento

Creo, Señor, fortalece mi fe, espero Señor, asegura mi esperanza, te amo Señor, enciende mi amor, me duelen mis pecados y debilidades, Señor sáname.
Te adoro como mi creador, te deseo como a mi ultimo fin, te alabo como el amigo que nunca me abandona y siempre quiere bendecirme, te invoco como a un defensor poderoso.
Dirigime con tu sabiduria, contenme con tu justicia, consuelame con tu clemencia, protegeme con tu poder.
Tu que ahora vives en mi y yo en ti, te ofrezco Señor mis pensamientos para pensar en ti, mis palabras para hablar de ti, mis obras para obrar conforme a ti, mis sufrimientos para padecerlos por ti y por el reino.
Quiero lo que tu quieres, lo quiero porque lo quieres, lo quiero como lo quieres.
Te ruego Señor que alumbres mi entendimiento, fortalezcas mi voluntad, purifiques mi corazon, santifiques mi alma.
Concédeme la gracia de sanar mi memoria, refrenar la lengua, crecer en las virtudes necesarias, perdonar a los enemigos.
Ayúdame a vencer la avaricia con la generosidad, la ira con la mansedumbre, la tibiesa con el fervor.
Hazme prudente en los consejos, constante en los peligros, paciente en las adversidades, humilde en la prosperidad. Amén.

lunes, 19 de julio de 2010

Accion de gracias para despues de la misa

Te doy gracias, Señor Jesucristo, porque sin ningun mèrito mio, sino por tu gran amor y misericordia, me has alimentado con tu cuerpo y con tu sangre.
Te pido, Jesùs que esta santa comunion sea armadura de mi fe, escudo de mi buena voluntad, liberacón de todos mis vicios y exitincion de los desordenes que me roban tu paz.
Dame también un aumento de caridad y de paciencia, de obediencia y de todas las virtudes.
Que sea firme defensa contra las asechanzas de todos los enemigos, visibles e invisibles, perfecto sociego de mis inquietudes, tanto materiales como espirituales; firme uniòn contigo, Dios uno y verdadero, y alimento para la vida eterna, donde viviré en comunión eterna contigo. Amén

domingo, 18 de julio de 2010

Oracion de preparacion para antes de la misa

Amado Dios, que eres todo poder e infinito amor, vengo al sacramento de tu hijo unico, nuestro Señor Jesucristo.
Vengo como enfermo, al medico de mi vida, como impuro a la fuente de la pureza, como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre e indigenge al Señor del Cielo y de la tierra.
Te imploro la abundancia de tu inmensa generosidad, para que te dignes curar mi enfermedad, lavar mi suciedad, eliminar mi ceguera, enriquecer mi pobreza, vestir mi desnudez, y asi pueda recibir el pan de los angeles, al Rey de reyes y Señor de señores, con tanta reverencia y humildad, con tanto amor y devociòn, con tanta pureza y fe, como conviene para mi salud integral.
Dame, te ruego, que no solo reciba el sacramento del cuerpo y de la sangre del Señor,sino tambien la gracia y la virtud que fluya del sacramento.
Dios de mansedumbre, concedeme, asi recibir el cuerpo de tu hijo unico, que él tomó de la virgen Maria. Que contigo vive y reina por los siglos de los siglo, amén.

jueves, 24 de junio de 2010

Oración de agradecimiento

Padre Celestial, te damos gracias y te alabamos por el hermoso don que nos has dado en Jesus Eucaristia y por el maravilloso poder que existe cuando le abrimos el cenaculo de nuestros corazones.
Señor, te pido que tu amor sanador fluya en nosotros y que las areas dificiles de nuestra existencia sean sanadas, especialemente, la de la autoestima.
Que podamos aprender a amarnos para poder amarte y amar a los demás.
Te damos gracias y te alabamos, Jesús, por el trabajo que estás realizando dentro de nosotros, en este momento. Amen.

("El Poder sanador de Jesus Eucaristia" P. Gustavos Jamut)

Oración de liberación para despues de la comunión

Cristo Jesús, Salvador deseado y esperado de la historia, de mi historia, que hoy vienes a habitar en mi, con tu cuerpo y con tu sangre, ven a caminar por mi vida. Camina por mi pasado, por mi presente y por mi futuro.
Tu que caminaste por caminos, senderos y calles de pueblos y ciudades, camina hoy por mi y bendiceme en tu amor.
Tú que sanaste a los leprosos, cura la lepra espiritual que se produjo en mí, ante aquellos pecados que, por ser soberbio, debil o ignorante me sumieron en la enfermedad.Clava en tu cruz todos mis pecados y unge mis heridas con tu bendita sangre.
Tu que sanasate al sordomudo, cúrame y libérame del espiritu de sordera, que no me deja percibir tu amor y escuchar tu voz en mi interior, discernir tu voluntad y escuchar el clamor de los hermanos que sufren.
Tú que devolviste la vista a los ciegos, libérame del espiritu de ceguera, que no me permite verte en mí constantemente, y vivir en alabanza por tu inigualable belleza.
Tú que liberaste al epileptico, libérme hoy del espiritu de epilepsia y mudez que me impide comunicarme en profundidad y expresar tu Palabra con sabiduria, prudencia, claridad, afecto y firmeza.
Tu que sanaste a los paraliticos, libérame del espiritu de parálisis que me deja postrado largo tiempo, haciendome perder la virtud de la alegria y no se hacia donde dirigirme para hacer tu voluntad.
Tú que resucistaste a los muertos, resucita caminante santo, las áreas de mi historia, de mi vida que están marchitas, agonizantes o muertas.
Tú que liberaste a los oprimidos por el mal, libérame de toda fuerza o cercanía del espiritu del mal, y cólmame de tu santo y dulce Espíritu para que, por tu Gloria, brillen los dones y carismas que me diste.
Envíame a tus santos arcangeles y angeles, instrumentos de tu paz, para que me guien a lo largo del camino. Amén.

(Te recomiendo realizar, con espiritu de fe, cada día, esta oración, deteniéndote en aquel punto donde necesites mayor intervensión de Dios)

Extraido del libro "El poder pacificador de Jesús Eucaristia" P. Jamut

jueves, 6 de mayo de 2010

Oración al Padre Pio por los enfermos

Santo Padre Pío, ya que durante tu vida terrena mostraste un gran amor por los enfermos y afligidos, escucha nuestros ruegos e intercede ante nuestro Padre Misericordioso por los que sufren.

Asiste desde el cielo a todos los enfermos del mundo; sostiene a
quienes han perdido toda esperanza de curación; consuela a quienes
gritan o lloran por sus tremendos dolores; protege a quienes no
pueden atenderse o medicarse por falta de recursos materiales o
ignorancia; alienta a quienes no pueden reposar porque deben
trabajar; vigila a quienes buscan en la cama una posición menos
dolorosa; acompaña a quienes ven que la enfermedad frustra sus
proyectos; alumbra a quienes pasan una "noche oscura" y desesperan;
toca los miembros y músculos que han perdido movilidad; ilumina a
quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los
atormentan; apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran;
calma a quienes se estremecen por dolores y calambres; concede
paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan; devuelve
la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia; disminuye los
padecimientos de los más débiles y ancianos; vela junto al lecho de
los que perdieron el conocimiento; guía a los moribundos al gozo
eterno; conduce a los que más lo necesitan al encuentro con Dios;
bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los
consuelan en su angustia y los protegen con caridad.

Amén

miércoles, 5 de mayo de 2010

Enseñanzas paulinas sobre la oración

a) Oración y experiencia espiritual. No es posible separar la enseñanza de san Pablo de su experiencia espiritual. Él no enseña cosas diversas de aquellas que adquirió antes espiritualmente: <<El gran apóstol de los gentiles, Pablo, no sólo era movido apasionadamente por las ideas que predicaba, mas el movimiento mismo de sus ideas puede comprenderse –en buena parte- sólo en base a su experiencia íntima, personal>>[1]. Por esta razón, su oración está plenamente entrelazada con su enseñanza y este hecho se refleja en alguna de sus cartas. La experiencia espiritual que nutre la vida de oración de san Pablo, comienza en el camino a Damasco. Es la visión de Jesús lo que constituye el elemento decisivo, el secreto de la vida espiritual del apóstol. La visión del Señor define su vocación y le enseña una triple verdad: 1) El Cristo de los cristianos ha resucitado; 2) Él es el Señor (Dios); 3) Él vive en la comunidad cristiana a la que Pablo deberá unirse.

b) Cristo, centro de la oración. Para san Pablo la oración debe ser centrada en Cristo porque Él es el centro de la Revelación divina. Este hecho comporta dos realidades: 1) La oración es un encuentro con Cristo. Con el encuentro de Damasco se estrecha una amistad de la que Pablo es el beneficiario gratuito; 2) Jesús es el Hijo, y Jesús revela al apóstol convertido que Dios es Padre y le inspira una oración filial. En la medida en que la oración está centrada en Cristo, Dios no aparece más como un desconocido, sino como un Padre que está cercano a sus hijos, de manera que podamos dirigirnos a Él con confianza y llamarlo Padre, como Jesús nos ha enseñado. El corazón de la oración paulina, por lo tanto, es el reconocimiento de nuestra filiación divina, como tendremos oportunidad de ver enseguida.

c) El Espíritu Santo, autor principal de la oración. El cristiano, el día del bautismo, recibe como don al Espíritu Santo, que lo habita, lo santifica, lo transforma y lo torna imagen del Hijo. Y es el Espíritu del Padre y del Hijo, el autor principal de nuestra oración. En efecto, nosotros oramos en el Espíritu Santo porque es Él quien inspira nuestra oración, y al mismo tiempo ora en nosotros y nos hace descubrir nuestra condición de hijos de Dios.

La oración cristiana es una oración en el Espíritu: <<Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu>> (Ef 6, 18). Sobre todo porque <<incita a la oración. Es Él quien genera la necesidad y el deseo de obedecer al <<Velen y recen>> recomendado por Cristo>>[2], a través de sus inspiraciones y mociones particulares al interior del alma del orante. Además, es una oración en el Espíritu porque hay una acción más íntima descripta en el pasaje de la Carta a los Romanos: <<El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables>> (8, 26). Nosotros no podemos saber qué es conveniente pedir; el objeto de nuestro deseo no puede ser por nosotros conocido sino mediante el Espíritu: <<…el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. ¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios>> (1Cor 2, 10b-11). Sólo el Espíritu Santo conoce perfectamente el fin trascendente de nuestro deseo. Solamente Él nos conduce hacia la auténtica oración haciendo que podamos dirigir a Dios las peticiones justas. <<Estamos en la raíz más íntima y profunda de la oración. Pablo la señala y nos hace pues comprender que el Espíritu Santo no solamente nos induce a la oración, sino ¡Él mismo ora en nosotros!>>[3].

Finalmente, el Espíritu Santo, Espíritu del Hijo, hace descubrir al hombre espiritual el misterio de su condición de hijo de Dios y lo impulsa a dirigirse a Dios como Padre. La oración es el grito que brota de este descubrimiento y de este amor. <<De cualquier modo, entonces, el Espíritu Santo transfiere a nuestros corazones la oración del Hijo, que dirige el grito al Padre>>[4]. Justo por esto, san Pablo no dice solo que el Espíritu <<ora en nosotros>>, sino también que grita en nosotros. La oración cristiana es la invocación del niño, la aspiración del hijo que tiende al Padre: es al mismo tiempo del Espíritu Santo y de nuestro espíritu, pero unificada en un solo acto, al punto que san Pablo puede decir que el Espíritu es el que grita en nosotros: <<Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir, ¡Padre!>> (Gal 4, 6), como que nosotros gritamos en el Espíritu: <<Hemos recibido un espíritu de hijos adoptivos por medio del cual gritamos: ¡Abbá!, ¡Padre! El Espíritu mismo certifica a nuestro espíritu que somos hijos de Dios>> (Rom 8, 15-16).

d) Oración y gratitud. No hay autor del Nuevo Testamento que haya dado al agradecimiento la importancia que el apóstol le otorga en sus escritos, en los que al término griego eucharistia, <<agradecimiento>>, recurre 12 veces, y eucharisteô, <<agradecer>>, 24 veces. Estos términos son los más usados por San Pablo para significar la oración, más aún que las palabras mismas “orar” y “oración”. Esto equivale a reconocer que San Pablo no concibe la oración cristiana fuera de la clave de la gratitud. Una y otra –oración y gratitud- se funden: son un comportamiento integrado y continuo en la conciencia y en las manifestaciones de fe. Para San Pablo, la gratitud no es solamente un comportamiento más, sino el comportamiento cristiano por antonomasia, que corresponde a la nueva existencia del cristianismo en Cristo, al hombre nuevo, renovado por la gracia (charis, en griego). Es la actitud filial de frente a los dones recibidos del Padre. En efecto, el presupuesto por el agradecimiento continuo es el reconocimiento de los continuos dones divinos. Es agradecido sólo quien recibe y sabe recibir. Por esto, San Pablo emplea el término griego eucharistós, <<aquel que agradece>> (Col 3, 15), como sinónimo del cristiano, y enseña que se debe orar con agradecimiento continuo: <<Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús>> (1Tes 5, 18; cfr Col 1, 11-12; 2,7). Más allá de recomendarla, San Pablo ha vivido y dado el ejemplo de esta gratitud, siempre en cada eventualidad: <<No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús>> (1Cor 1, 4); <<…doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones>> (Ef 1, 16; cfr. Rom 1, 8; Fil 1, 3-4; Col 1, 3).

Por otra parte, San Pablo ha percibido más que nadie que la oración y la vida cristiana constituyen una realidad inseparable, porque ambas consisten, esencialmente, en agradecerLe a Dios. Él, de hecho, enseña que la vida cristiana debe ser un culto espiritual que prolonga el sacrificio eucarístico: <<Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer>> (Rom 12, 1).



[1] R. Schnackenburg, Il messaggio morale del Nuovo Testamento, Paoline, Roma 1981, p. 243.

[2] Juan Pablo II, Allocuzione, 17-IV-1991, n. 4.

[3] Ibid., n. 5.

[4] Ibid., n. 2.

martes, 20 de abril de 2010

Cuatro novedades del rostro real de Dios

1. Dios es Amor
La experiencia de Dios se da en un encuentro con Dios. Amar a Dios es encontrarse con él: la luz de la fe y entrega de amor. Despojo de sí y cambio de vida.
A Dios se lo conoce en la experiencia del amor. Para conocerlo hay que comprometer todo nuestro ser. No basta un conocimiento formal, externo, como el de quien contempla y describe un objeto. Es necesario el conocimiento real y personal del que penetra en la intimidad del otro, compartiendo a su vez la suya. Dios se nos hace real en el amor porque “Dios es amor”.
Si queremos conocer a Dios: amemos. Si queremos dar a conocer a Dios: amemos. Si queremos cumplir con Dios amemos. El amor es lo único que nos compromete realmente.
El que no compromete con Dios la realidad de su amor, no puede conocer a Dios. Vive y transmite un espejismo de Dios, una apariencia de Dios que no convierte. Por eso el hombre, no es autentico por lo que dice sino por lo que vive.
A Dios se lo conoce realmente en el amor y se lo da a conocer por el amor.
De todo lo que pensamos, hacemos y sentimos, para el evangelio vale lo que vivimos. Sólo lo evangeliza la vida porque damos al mundo la imagen del Dios que vivimos. El camino del evangelio es experimentar el evangelio.

2. Dios se revela en Jesucristo
Dios se ha hecho hombre en Jesucristo. En Jesús tenemos el rostro de Dios. Al amor de Dios lo conocemos en Jesucristo. Nosotros creemos no simplemente en Dios sino en una manifestación histórica de Dios: Jesús de Nazaret.
El Dios de nuestra fe nos exige una actitud de vida. Dios da testimonio de sí mismo en Jesucristo. Nuestra fe es una fe evangélica.

3. Dios es comunidad
Jesús nos descubre que Dios es amor y vida porque Dios es comunidad. Dios es uno como Dios y una trinidad de personas como familia: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Los tres son iguales porque son Dios. Los tres son distintos porque cada uno tiene su personalidad divina, su propio nombre. Dios tiene un amor creativo y por eso crea en universo y lo que en él existe. Tiene amor personal y por eso lo comparte con los hombres de buena voluntad, tiene un amor santo y por eso lo llama al hombre a cambiar de vida, a convertirse a la vida nueva que el posee y comparte. El amor de Dios es perfecto.
Dios es comunidad y quiere que el hombre se realice en comunidad para poder ser imagen y semejanza suya. El hombre no pude realizarse sino en comunidad. Hacer iglesia es hacer comunidad.


4. Dios necesita de otros
Dios como misterio se revela al hombre. Se nos descubre como un ser personal y trascendente. San Lucas nos relata como Dios le revela a María su proyecto mesiánico y salvador.
María es la que escucha la necesidad de Dios. La necesidad de hacerse tiempo siendo eternidad. De pisar la tierra teniendo el cielo. De tener una presencia historia perteneciendo a la trascendencia divina.
Entonces se hace real en nosotros y nosotros en Dios. El nos transforma en libres, auténticamente hombres, verdaderamente personas, reales en el amor, capaces del testimonio.

La imagen real de Dios

La imagen de Dios en el amor

La imagen evangelizadora y perfecta de Dios es la Caridad, el amor. Esta experiencia de amor de Dios la recogemos de diferentes fuentes:

1) De la experiencia de nuestra conversión. Dejar la condición de pecador por el arrepentimiento, supone la confianza en el Dios que perdona.

2) De la experiencia del camino interior. Por él se avanza a través de una conversión progresiva a la caridad y aun abandono interior al amor de Dios que va transformando unitivamente a la persona humana en la comunión de Jesús con el Padre.

3) De la experiencia del camino de la fraternidad. Por él también se recoge una experiencia de amor trinitario a través de la alianza y la comunión fraterna a que conduce la vida del mandamiento de Jesús.

4) De la experiencia de Dios recogida en las escrituras y vivenciada desde la fe de su lectura y oración.

La experiencia de Dios en la Palabra

La imagen de Dios es el Amor y desde el amor, el hombre personaliza su vida y la hace comunidad fraterna. La imagen real de Dios lleva a la fraternidad comunitaria. Esto es pasar del Dios conmigo del individualismo al Dios con nosotros del Evangelio.

El pecado es la falta de amor mas que falta contra la ley o el amor. La falta de amor es una forma de ateismo porque si Dios es amor, cuando no amo estoy negando a Dios y afirmando una ausencia de Dios.

Conclusión

El Dios realmente Dios es un Dios que se descubre, habla y se revela para que el hombre pueda conocerlo y descubrirse así mismo como hijo suyo.

Es un Dios que nos ama antes que nosotros podamos amarlo o pronunciar su Nombre y por eso, en El aprendemos lo que es el amor. Es un Dios que no se puede usar o manejar, sino amar y servir. Es dueño y Señor y se manifiesta como fin o meta de la existencia humana. Frente a él definimos nuestra existencia eterna, nos enjuicia por derecho y no por prepotencia.

Mi encuentro con él me descubre mi irresponsabilidad de ser en la vida, me hace tomar conciencia de mi ser pecador. Me hace ver que no asumí mi condición profunda y trascendente de hombre pero, a la vez, me llama, espera y perdona.

Es un Dios que me necesita y espera no tanto que le pida, cuanto que me ofrezca a ayudarlo y servirlo. Es un Dios que busca aliados y edifica sobre la fe como respuesta de amor y compromiso de fidelidad. Quiere establecer una relación de gracia y amistad en base a la entrega de amor y no sobre meras ideas o sentimientos. Por eso quiere que trate a los demás hombres como hermanos.

El Dios que se nos revela en la Escritura es un Dios que se acerca tanto al hombre que se hace uno de nosotros. Ser testigos es comprometerse absolutamente con el amor de Dios manifestado en Jesucristo y su Evangelio

(El rostro real de Dios. P. Ricardo Martesen. Ed de la Palabra de Dios.)