jueves, 29 de julio de 2010

Camino de sanación

1. Cierra los ojos e imagínate estar en la casita de Nazareth. Siente que vuelves a ser un niño (en la etapa de tu vida en que tu memoria fue más herida) entre los brazos de María o de José. Imagínate el perfume en el aire y contempla la belleza de María.
2. Comparte con ellos tus sentimientos más fuertes o lo que más ocupa tu mente. Si no sabes qué compartir entrégales los recuerdos que vayan viniendo a tu memoria.
3. Cuando termines, mira a los ojos de la Virgen María o de San José (esto depende si las heridas de tu memoria afectiva están relacionadas con la sanación de la imagen materna o paterna) y siente las caricias y las palabras de amor que ellos te prodigan. Son los mismos gestos de amor y ternura que recibió el Niño Jesús.
4. Respira lenta y profundamente pidiendo una nueva efusión del Espíritu Santo , como la que Juan el Bautista experimentó estando en el vientre de Santa Isabel. Y comienza a percibir más profundamente todo el amor que Dios te tiene.
Otros textos bíblicos para meditar y orar por sanación:

Lc. 5,12-14 El leproso sanado.
Imagina a Jesús que te toca y te sana.

Lc. 7, 11-17 Jesús resucita al hijo de una viuda.
Pídele a Jesús que con el poder de su Espíritu resucite aquellas áreas de tu memoria que estén heridas o agonizantes.

Jn. 21,12-17 "Pedro, ¿me amas?"
Contempla la escena y déjate amar, reconfortar y consolar por Jesús Resucitado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario