Oh, Espiritu Santo, alma de mi alma, te adoro! Ilumíname, guíame, fortaléceme, consuélame, dime que debo hacer, dema tus órdenes, te prometo someterme a todo lo que deseas de mí y aceptar todo lo que permitas que me suceda: hazme tan solo conocer tu voluntad. Amén
Cardenal Mercier
No hay comentarios:
Publicar un comentario