domingo, 28 de febrero de 2010

El perdón sana

Cuando alguien nos hiere y nos apegamos a esa herida no podemos amar. Intermponemos un muro entre esa persona y nosotros, y hasta cierto punto, extendemos este muro para excluir también a los demás.
Cuando herimos a alguien o hacemos algo que nos averguenza nos encerramos en nuestra culpa y nos sentimos incapaces de decir "lo siento".
El perdón capacita para amar y crecer, tanto a quien lo otorga como a la persona que lo acepta.

Qué es el perdón

El perdón es un decisión: Es algo independiente del sentir o no sentir. Me decido a perdonar aunque no lo sienta.

El perdón es una decisión de amar: Esto es lo que hace Dios con cada uno de nosotros. Nosotros nos decidimos a personar y aceptar su perdón y cuando hacemos esto nos amamos a nosotros mismos y amamos al otro.

Es una decisión de amar hasta a los enemigos: Debemos amar a todos.

Qué no es el perdón

No es un sentimiento: No es un acto emocional motivado por el afecto. En el perdón no trabaja tanto el corazon cuanto la voluntad y la razón.

El perdón nos condiciona: Debemos perdonar sin condiciones, como Jesús

Tres perdones

Asi como los mandamientos nos ordenan amar a Dios, al projimo y a nosotros debemos perdonar en estas tres direcciones:

Perdonar a Dios: Existen personas con resentimientos que lo culpan de sus dolencias y desgracias. Debemos perdonar a Dios no porque haya hecho algo malo o equivocado en nuestras confrontaciones pero nuestra psiquis rechazando el dolor identifica en El la causa. En este caso es neesario perdonar.

Perdonar al projimo: Debemos perdonar para ser sanados, escuchados y perdonados.

Perdonarnos a nosotros mismos: para perdonar debemos primero perdonarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario