miércoles, 8 de julio de 2009

Oración

Amado Señor, ayúdame a esparcir tu fragancia allí donde vayas. Anega mi alma con tu espíritu y vida. Impregna y posee todo mi ser hasta que mi vida sea mero resplendor de la tuya. Resplandece a través de mí y sé en mí para que todas las almas que me rocen sientan tu presencia en mi alma.
¡Deja que alcen la mirada y ya no vean a mí, sino a Ti, Oh, Señor!
Quédate conmigo y empezaré a brillar como Tú brillas, con un brillo que iluminará a los demás.
Y esa luz, Oh Señor, saldrá de Ti, no será mía; serás Tú iluminando a los demás através de mí.
Deja que te glorifique como Tú más amas, iluminando a los que me rodean.
Deja que predique sin predicar, no a través de la palabra, sino de mi ejemplo, de una fuerza arrebatadora.
La influencia de la compasión en lo que hago, la patente plenitud que el amor de mi corazón te profeza.

(Cardenal Newman)

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