Mi matrimonio estaba atravesando una crisis profunda. Yo pensaba que esto se debía a los problemas laborales por los que estaba pasando mi esposo.
En ese tiempo me invitaron a participar en el taller de alabanza guiado por el padre Gustavo Jamut y por algunos servidores de su comunidad.
Allí comprendí que yo nunca había alabado a Dios por la vida de mi esposo, ni le había agradecido suficientemente todo lo que había recibido de él en los veinte años de casada. Tampoco había alabado a Dios por el regalo del sacramento del matrimonio. El motivo era muy sencillo: yo no sabía alabar y menos aun que la oración de alabanza me podía ayudar a unirme más a Dios y ver las cosas de modo diferente.
Por eso, después del taller decidí alabar a Dios diariamente por su bondad manifestada en tantos regalos que me hacía. También empecé a alabarlo por la vida de mi esposo y por mi matrimonio. Y al cuarto día de oración comencé a ver las cosas con una nueva luz y me di cuenta de que la crisis de nuestro matrimonio no se debía a problemas económicos sino que venía de mucho antes.
Así como no alababa a Dios tampoco elogiaba a mi esposo por las cosas buenas que hay en él o por sus logros. Al contrario, más bien era de quejarme y de echarle en cara las cosas que no me gustaban.
Asumí que tenía que pedirle perdón a Dios y a mi esposo. Me confesé pero tardé alrededor de 15 días en disculparme con mi esposo.
En todo ese momento no dejé de alabar a Dios y fui notando que cada día gozaba de más alegría y vitalidad y empezaba a ver a mi esposo de modo diferente y mostrarme más afectuosa con él. Asimismo, él notó el cambio en mí porque ya no estaba a la defensiva y se volvía más comunicativo.
Cuando finalmente me animé a hablar con él sobre todo esto y pedirle perdón sentí que me sacaba un peso de encima y advertí que en estos días la alabanza no solo había producido cambios en mi corazón sino también en él.
Hoy esa crisis está superada. De vez en cuando aparecen otras pero ya hemos aprendido a derrotarlas por medio de la oración de alabanza.
Textos extraídos del libro “Rosario de Alabanzas” del P. Gustavo Jamut.
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Hace 6 meses
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