1. Dedicarse toda la semana a combatir enemigos del corazón: miedos, temores, inseguridades, ansiedades.
Los escudos para el combate serán los Salmos 23 y 27. Medítalos asiduamente, extraer y aprender de memoria algún versículo, por Ejemplo: "Aunque pase por valles oscuros, ningún mal temeré porque tu estás con migo " (Salmo 23, 4)." Aunque tenga que enfrentarme con un ejército, me siento tranquilo" (Salmo 27, 3).
Tener en la mente y en la boca algún versículo como éstos y repetirlo.
Al enfrentar aquel problema, al presentarte ante aquel personaje importante, al pedir cuentas a esa persona que está en conflicto contigo... decir el versículo, a ser posible en voz alta.
Temor de que la enfermedad se a grave, aprensión de si le habrá pasado algo, miedo de que aquellos me retiren su confianza... el versículo de liberación.
Sentimientos oscuros de inseguridad, temores sin fundamento, miedos sin motivo, aprensiones sin razón, tantas oscuras sensaciones que ni sabes de dónde te vienen y a dónde te llevan... el versículo de liberación.
Si esto fracasara, si aquello se hundiera, si aquí me rechazaran, si allí no acertaré ... versículo de liberación a ser posible en voz alta.
Vivir muy alerta para tener a estos enemigos lejos de nuestra vida.
Durante la Media Hora, no olvidarse ejercitarse en la Modalidad " Salida y Quietud". ( pg. 125 ).
Seguir estudiando durante la media hora el texto del día y anotando en el cuaderno el versículo que más le impacte.
Lecturas: Salmo 84 (Lectura Rezada). Gálatas 2, 17-21. Juan 3, 14-18. Marcos 10, 35-45. Lucas 7, 11-17. Marcos 6, 34-44. Salmo 123 (en el espíritu de Jesús ).
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Hace 6 meses
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