Es un proceso que por medio de la oración, hace posible que Jesús sane las heridas del pasado y las llene de su amor incondicional.
Esto nos capacita para vivir plenamente, ya que las experiencias que vivimos en el pasado y las carencias que tuvimos nos bloquean para alcanzar una mayor plenitud de vida, y nos impiden tener el gozo, la alegría y la paz en el momento presente.
En el proceso de curación interior, por la fe, invitamos a Jesús a ir a cualquier momento de nuestra vida pasada en que fuimos lastimados, para que nos libere de los efectos negativos y nos sane las memorias dolorosas. Jesús puede hacer esto porque él es Dios y vive en un eterno presente. Él es el mismo ayer, hoy y siempre.
La curación interior es un camino que se va recorriendo día a día con la ayuda de Jesús y en perdonar y ser perdonados. No es una experiencia aislada, es un proceso profundo y eficaz.
Este proceso consiste de dos etapas: la primera es la liberación de todo mal que nos estorba: miedo, rechazo, resentimiento, odios, culpa, enojo, confusión, angustia, depresión, etc. Es como una cirugía de tipo espiritual, Jesús es nuestro Salvador, El tiene poder de liberarnos de todo lo que nos oprime y daña.
La segunda etapa es la curación de memorias; consiste en traer el amor sanador de Jesús a la persona que esta abierta a recibirlo. Jesús puede ir a través del tiempo y del espacio, a cualquier momento de nuestra vida. Él puede sanar las raíces del pasado y las heridas que estas raíces nos ocasionan.
La sanación interior consiste en depositar en las manos de Jesús todas nuestras heridas, para que nos libere de ellas y dejemos entrar en nuestra vida la luz y el amor de Dios.
La curación interior es tan real, que cuando la experimentamos ya no volveremos a recordar las heridas del pasado con el dolor con que lo hacíamos. Seguimos recordando, pero con la paz que Jesús nos da.
Este proceso de sanación puede darse de muchas maneras: podemos pedirle a Jesús que se haga presente en el momento del trauma o de la herida, para que podamos revivir la escena con sus ojos y en su compañía. También podemos ir nosotros a una escena de la vida de Jesús, para ver como vivió él esa circunstancia semejante; si hemos sido traicionados, podemos ver como vivió Jesús la traición de los suyos. Si hemos sido abandonados, ver como vivió él el abandono. Tratemos de ver y oír lo que él nos quiere decir a través de la Escritura.
Podemos pedirle a Jesús, sencillamente que sane las heridas o el trauma. Podemos recorrer nuestra vida, rogando a Jesús que la vaya llenando de amor en esos años en que no nos sentimos amados. Existen tantas formas de orar como el Espíritu Santo inspire. Sin embargo en todas las formas de oración existe la necesidad de perdón. Necesitamos perdonar a quienes nos hayan lastimado y ofendido, y ello puede hacerse paso a paso con la ayuda y presencia de Jesús; también necesitamos pedir perdón por el daño que hayamos hecho, voluntaria e involuntariamente.
Un proceso de sanación interior realmente profundo debe incluir la recepción del Sacramento de la Penitencia, que puede borrar completamente nuestros pecados y liberarnos de la culpa que sintamos por haberlos cometido. El perdón abre la compuerta de las gracias que Dios derrama en los corazones contritos y humillados.
La oración de sanación interior es maravillosa, ya que nos ayuda a despertar cada día con el entusiasmo de descubrir las maravillas de Dios para conmigo, es buscar lo bueno que hay en mí y en otros, de que puedo vivir con alegría, deseo de superación, paz y con la capacidad de amar.
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Hace 6 meses
soy de Panamá, me gustaria recibir este taller de sanación. me puede escribir al correo
ResponderEliminarjose.adcj@hotmail.es
Como recibirlo si uno es de otro país? Bendiciones
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