lunes, 31 de enero de 2011

En la cuarta semana del taller...

· Itinerario hacia el encuentro: En las primeras etapas Dios deja la iniciativa al alma, con el funcionamiento normal de los mecanismos psicológicos. La participación de Dios es escasa. Deja al hombre que se busque sus propios medios, y apoyos como si el solo fuera el albañil de su casa. En la medida en que el alma avanza hacia grados más elevado, paulatinamente y progresivamente Dios va tomando la iniciativa e interviene directamente mediante apoyos especiales. Dios da cada vez mayor decisión, arrebata al alma la iniciativa, la va sometiendo a la sumisión y el abandono, en la medida en que va entrando en escena el Espíritu, el cual queda como el único arquitecto hasta transformar el alma en hija de Dios, imagen vida de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. (ver Rm 8, 26-21)

Los primeros pasos son complicados. El alma como niño que comienza a andar necesita apoyos psicológicos, métodos de concentración, maneras de relajarse, puntos de reflexión. Pero cuando Dios irrumpe en el escenario el alma, ante la proximidad de Dios siente el contraste entre su faz y la faz de Dios y se siente arrastrada a sucesivas purificaciones por medio de una desaprobación general.

· La paciencia: El enemigo principal es la inconstancia, la cual nace de la sensación de frustración que sufre el alma cuando se da cuenta de que los frutos no llegan o no corresponden al trabajo desplegado. Necesitamos paciencia para aceptar el hecho de que con grandes esfuerzos habrá pequeños resultados, o al menos para aceptar la eventual desproporción entre el esfuerzo y el resultado. La paciencia es el arte de saber esperar. Se espera porque se sabe. Es bueno caminar hacia Dios por métodos de oración ya experimentados, pero sin perder de vista el telón de fondo que es el misterio de la gracia. Paciencia significa tomar conciencia y aceptar con paz el hecho de tener que movernos en esta dinámica extraña, desconcertante e imprevisible que, no raras veces pone en jaque la paciencia y la fe. Dios es gratuidad y su conducta es esencialmente desconcertante. Paciencia significa saber aceptar que no hay saltos sino pasos

Para tu reflexión personal:

1. En estas semanas de taller hemos experimentado diferentes métodos de oración. Algunos más simples, otros más avanzados. ¿Sientes que por medio de esas modalidades Dios primero te dejó a ti la iniciativa y luego la empezó a tomar él por medio de su Espíritu? ¿Por qué? ¿Cómo ha sido hasta ahora tu experiencia de oración personal?

2. ¿Has sentido que tus esfuerzos han dado solo pequeños resultados? ¿Cómo ha sido tu reacción ante esta experiencia? ¿Luego de meditar sobre la paciencia crees que tu actitud ahora puede ser diferente? ¿Por qué?

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