viernes, 3 de febrero de 2012

Técnicas de olvido

Piensa en un disgusto de tu vida. Imagina que pasas por un prado verde. A una cierta altura sacas desde dentro de ti el disgusto y lo encerras bajo un metro de tierra. Allá queda para siempre.

Piensa en otro disgusto que te obsesiona. Imagina que llegas a la orilla del mar. Allí está esperandote un angel con una barca. El angel parte con esa carga mar adentro, mientras tu te quedas en la orilla. El angel sigue alejandose con su barca hasta alta mar. Alli queda tu disgusto sepultado en lo profundo para siempre.

Piensa en otro recuerdo desagradable. Encendemos una gran hoguera en el patio y echamos ese recuerdo como un negro carbon al fuego. A los pocos minutos el fuego ha transformado tu recuerdo en una oscura humareda que asciende al cielo, hasta que se evapora en las alturas. Minutos mas tarde, el humo se ha desvanecido por completo. El cielo está azul.

Concentrado y con los ojos cerrados que imagina que desde tu garganta baja el numero uno hasta el estomago en cuyo extremo derecho se clava. Despues baja el numero dos y se clava junto al uno. Luego el 3, 4 y 5. Tu te colocas en el centro. Despues baja el numero 6 que se clava en la izquiera. Luego los demas numeros hasta el 10 inclusive. Ahora tranquilamente los retiras uno por uno, los cinco primeros impares comenzando por la izquierda. Despues lo numeros pares. Al final tambien tu desapareces.

Colocate ante 4 o 5 objetos. Nombralos en voz alta. Cierra ahora los ojos y comenzando por el ultimo objeto, retiralos mentalmente uno por uno arrojandolos a tu espalda. Delante de ti no quedo nada. Colocalos de nuevo mentalmente y de nuevo hazlos desaparecer.

Imagina a tres amigos en una pantalla. Retira primero a uno, luego a otro y finalmente al tercero. Colocalos de nuevo en la pantalla, retiralos de nuevo. Esta operacion la puedes repetir varias veces.

Esa historia dolorosa cuelgala en la parte trasera del furgon del tren. En la medida que se aleja el tren la historia dolorosa es cada vez mas pequeña. Un poco despues diminuta, casi imperceptible hasta que ya no se ve nada en ella, aunque si el perfil del tren que tambien desaparece.

Extraido del libro "Del sufrimiento a la paz" Larrañaga


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